Aunque parece una de nuestras primeras lecciones de vida, a muchos se les dificulta amarrar agujetas de zapatos. Si la persona no es educada desde niño en la técnica, sencillamente crecerá con complicaciones para lograrlo. Y también es importante saber cómo enseñar a hacerlo, un escenario que seguro va a toparse.
Sabemos que actualmente hay zapatillas que por su estilo no requiere atar cordones, pero no siempre se contará con ese tipo de calzados. Por tal motivo, no optes todo el tiempo por comprarle esos modelos a tus pequeños y lánzate en ese proceso de aprendizaje.
Para que el niño no se siente presionado ni aburrido, busca que la actividad se convierta en algo entretenido. ¿Qué tal si le haces ver que el zapato es como un conejito al que debemos hacerle sus orejas? De este modo le enseñarás cómo se amarran las agujetas y a su vez cómo es el animalito de cuatro patas.
Amarrando las agujetas
- Desde una posición frontal, la técnica se ve al revés, así que ubícate a su lado y ambos pónganse los zapatos. Es imprescindible aprender con el calzado puesto, porque igualmente puedes confundirse.
- Lo primero es tomar los dos cordones y verificar que tengan el mismo tamaño. Luego se jalan para hacer presión y evitar que el pie pueda salirse.
- Ahora crúzalos en forma de X y uno de los dos pásalo por debajo de la abertura. Una vez hecho el nudo llévalo hasta el final y apriétalo con fuerza.
- Seguidamente haz una vuelta con el cordón derecho entre los dos primeros dedos de tu mano, así quedará firme mientras doblas la primera orejita en el cordón izquierdo.
- Una vez hecho pasa el cordón derecho por todo el medio de la orejita izquierda, a ras de los dedos, y luego introdúcelo por la única abertura disponible. Jala suavemente y ya tienes las dos orejas.
Para evitar que las agujetas queden flojas, ya que los niños no tienen mucha fuerza, puedes poner tu dedo en el nudito inicial mientras intenta terminar el proceso.
También puedes enseñarle cómo hacer el doble nudo ya con las agujetas listas. Tan solo tiene que tomar ambas orejitas y cruzarlas tal cual como al principio. De este modo te aseguras que definitivamente los cordones no puedan soltarse.
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