Cada día estamos más expuestos a diferentes peligros y enfermedades. La contaminación y los nuevos virus hacen que nuestras defensas bajen. Pero hay algunos otros métodos de contagio mucho más antiguos y comunes de los que no nos damos cuenta. Y es que aunque no nos guste estamos rodeados de insectos, que son una de las principales fuentes de transmisión de enfermedades. De entre todos ellos hay algunos que nos resultan muy familiares, es el caso de las garrapatas.
A veces pensamos en las garrapatas como insectos diminutos que lo único que causan es picor en el peor de los casos. Pero el hecho de no prestarles atención puede suponer que nos contagie algo grave, aunque no es lo más habitual en las garrapatas. Aun así es un insecto que es mejor no tener, por ello te enseñaremos cómo quitar una garrapata. Eso sí, si realmente tienes dudas o problemas mayores, no dudes en acudir a un médico especialista.
Qué debemos saber de las garrapatas
Antes de saber cómo eliminar una garrapata tenemos que estar seguros de que se trata de una de ellas. Para eso te diremos algunas pautas que suelen seguir estos pequeños insectos a la hora de alimentarse de tu cuerpo. Lo primero que ya hemos mencionado es su tamaño. Son habitualmente diminutas aunque pueden llegar a alcanzar el tamaño de una chincheta. La otra clave que tenemos que saber es donde suelen acoplarse a nuestro cuerpo. Por lo general buscan zonas húmedas y calientes. Zonas como las axilas o ingles son idóneas para las garrapatas.
Qué debemos hacer
Una vez localizada y teniendo muy claro que se trata de una garrapata, podemos actuar a modo de primeros auxilios. Para ello necesitaremos unas pinzas y unos guantes. Se trata de un trabajo delicado, por lo que si no estás seguro pide ayuda o si no acude a un médico. Debemos agarrar con las pinzas a la garrapata cerca de la boca a ser posible, pero recuerda no tirar ni aplastarla. Con un movimiento lento pero sin cesar, hay que tirar suavemente hasta que la garrapata se desenganche. Tras sacarla, hay que limpiar la zona con agua y jabón y observar la zona en los días posteriores para comprobar que no nos ha contagiado ninguna enfermedad.
Lo más importante de todo es que ante cualquier duda acudamos al médico, ya que algunas garrapatas pueden infectarnos con la enfermedad del Lyme. Esta puede deberse a que parte de la garrapata aun esté incrustada en nuestra piel.
Foto: Pixabay
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