Relajarse es un estado emocional del cuerpo y/o la mente, logrando disipar tensiones, estrés, pensamientos preocupantes y en algunas ocasiones dolores. La relajación desarrolla virtudes como la paciencia, buen humor y agilidad para diseñar ideas. También evita enfermedades y permite relacionarnos amistosamente con los demás.
¿Y cómo llegar a ese punto? Pues existen técnicas efectivas para conseguirlo y que no pasan por medicamentos, meditaciones o frases repetitivas para nutrir los sentimientos. Simplemente se trata de hábitos que de manera sencilla podemos adoptar en nuestra rutina. Presta atención… porque son más fácil de lo que piensas.
5 maneras de relajarse que debes poner en práctica
Descansa mediante el sueño
Existe una enorme diferencia entre únicamente dormir y lograr un descanso profundo. Irse a la cama a altas horas de la noche, con la mente embotada o en medio de preocupaciones no garantizan relajarse durante las horas de sueño. En algún momento podrás quedarte dormido, evidentemente, pero podrías despertar de la misma forma que antes.
Respeta tu sueño y tómalo como un momento sagrado para el cuerpo. Música suave, una ducha, un té de toronjil son algunos aliados para un merecido descanso. Olvida las preocupaciones, al día siguiente habrá soluciones.
Toma consciencia de los problemas
Esto complementa el hábito anterior. Tomar consciencia de tus preocupaciones no es pensar constantemente en ellos, sino identificar cuáles son los problemas que te agobian para alejarlos o comenzar a verlos desde una perspectiva positiva. Recuerda que las cosas que suceden no solo te ocurren a ti.
Respira
Un ejercicio de inhalación y exhalación profunda no solo es una forma efectiva de relajarse, sino que representa un regalo para el cuerpo. Siente como el aire atraviesa tus fosas nasales y se aloja en tus pulmones llenándote de vida. Así como tomas consciencia de los problemas, presta atención a tu respiración, porque es un proceso automático de amor propio que el organismo realiza.
Utiliza la distracción
La mente no sabe preocuparse cuando se encuentra en medio de una distracción que realmente nos gusta. Además de disfrutar un momento sin estrés, la mente modifica su perspectiva ante aquellos problemas que por unos minutos quedaron fuera de foco. El deporte, las risas, cocinar o un ‘hobbie’ que domines es ideal para practicar el arte de relajarse.
Piensa en calma
No con calma, sino en calma. Es decir, con frases positivas, recuerdos agradables y experiencias que te dejan consciente de un aprendizaje. “Voy a salir de esta”, “todo va a estar bien”, “yo puedo seguir adelante” y “no te presiones, calma” son estímulos de aliento que tú mismo puedes regalarte. No esperes que alguien más lo haga, que ciertamente es reconfortante, pero quién mejor que tú para decir: “Vamos, tú puedes”.
Relajarse es un deber para cuidar tu salud física y emocional. Recuerda que el estrés y las preocupaciones no solo agobian la mente sino que se reflejan en el cuerpo. La impotencia sexual, la delgadez, un tic nervioso y las enfermedades son consecuencias de no cumplir contigo mismo. Así que manos a la obra.
Foto: Unsplash
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