Este es uno de los recursos naturales más efectivos para combatir la ansiedad, el miedo y las inseguridades. Pensar en positivo es una decisión que se origina en la mente y viaja por todo tu sistema nervioso, respiratorio y digestivo ofreciéndote una sensación de paz.
"No se preocupen por el día de mañana, cada día tiene sus propios problemas". Esta es uno de los versículos más leídos de la Biblia, en referencia a las enseñanzas de Jesús. Y acá es donde te dejamos el consejo más valioso: "confía en Dios".
Cuando dejamos nuestros problemas en las manos de Dios, una acción común de los cristianos, es una decisión para pensar en positivo. No es una solución física e inmediata a las calamidades, pero es la certeza de que todo estará bien... es confianza, es fe. Esto aclara tus ideas, te mantiene en calma y la transmites a los demás.
Más consejos sobre cómo pensar en positivo
Sé agradecido
Con lo bueno y malo que sucede. Ambos escenarios vienen a regalarte experiencias que van a ayudarte en nuevas situaciones. Pensar en positivo es fácil cuando todo marcha en favor de nosotros, pero qué difícil es cuando atravesamos momentos opuestos. Activa tu psicología e invierte todos tus pensamientos negativos. Mantén en tu mente, siempre, un recuerdo o imagen que te devuelva la tranquilidad.
Aprende a seleccionar tus pensamientos
Esta práctica lleva tiempo y meditación, pero es posible. La idea es que logres alejar cualquier pensamiento negativo que genera angustia y temores. Cuando lo practicas constantemente tomas mayor control de una mente donde solo existe pensar en positivo.
Sé amable y sonríe
Esta acción va relacionada con la satisfacción que producimos a nuestras amistades y allegados. Al sonreír y ser amables nos sentimos bien con nosotros mismos, lo que ayuda a generar pensamientos positivos. Además, desarrollas los buenos modales y la cordialidad.
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