La timidez es una característica que reposa en la personalidad de una persona. No representa una condición ni mucho menos una enfermedad, sino un aspecto común de alguien que puede ser introvertido o que carece de experiencias de vida.
En ocasiones, el ser tímido es un mecanismo de defensa que ayuda a evitar problemas o ciertas incomodidades. Lo contrario de una persona atrevida, hiperactiva o imprudente, así que todo debe tener un equilibrio. Lo que sí es cierto, es que la timidez puede regularse.
En una relación de pareja o en el inicio de un cargo laboral, hay que aprender a dejar la timidez a un lado, ya que puede privar del sano disfrute de la vida, el amor, cumplimiento actividades y metas, creando en la persona una falsa teoría sobre la conducta humana.
4 consejos para abandonar la timidez
Amor propio
Nada puede lograrse si no se comienza desde lo más profundo del corazón. Mírate al espejo, valorízate y ámate. El autoestima es la consideración que se tiene de uno mismo y siempre debe estar en alza, lo que crea confianza y te diferencia de los demás.
Pensamientos optimistas
Desde la fe en Jesucristo o en el desarrollo de la inteligencia emocional. Mantener pensamientos positivos te hacen una persona más optimista, que está en constante superación, que se ocupa de sus problemas y que afronta retos todos los días. Cuando hay este enfoque en la mente y corazón, no hay espacio para la timidez.
Haz ejercicios
La liberación de endorfinas mediante las rutinas de entrenamientos y deportes ofrecen sensaciones de satisfacción. Esto se suma al placer de verse con un mejor físico y convertirse en una persona más atractiva.
Desarrolla tus potenciales
Hazte experto en algún oficio personal. En una actividad donde destaques por encima de los demás, bien sea la música, los trucos de magia, recetas de cocina o juegos deportivos. Algo que te caracterice y te diferencie, de modo que los demás deban acudir a ti en ese aspecto y sientas plena seguridad.
Recuerda que la timidez no es un defecto y tampoco una condición de salud. Sencillamente es un aspecto de tu personalidad que puedes ir procesando y alejando con el tiempo. Rodéate de amistades alegres y con cierto atrevimiento, para que así tomes mayor confianza.
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