Sobre todo en la temporada de invierno, nuestros amigos de casa estarán más protegidos del frío si portan una vestimenta adecuada. Es cierto que a muchos perros el pelaje les protege de las bajas temperaturas, pero no siempre ocurre así. Además, la ropa también les permite estar identificados e incluso a la moda.

Los primero que debes conocer son las medidas de tu mascota. Toma una cinta métrica y chequea el contorno del pecho, el cuello y largo del lomo o espalda, que se registra donde termina la cabeza y empieza la cola. Estos números son tu base fundamental para diseñar la ropa del canino.
No importa si tienes un Golden o un Poodle, las métricas te ayudarán a que sus prendas queden perfectamente ajustadas. La idea es que no sientan presión y tampoco se les afloje al punto de que caiga, porque de suceder no saldrán corriendo a avisarte.
Hagamos ropa para tu perro
Materiales
- Tela exterior: Es lo que se ve por fuera, así que elige tu color preferido o el que creas más conveniente de acuerdo a tu mascota. Recuerda que no tiene que ser una tela nueva, también puedes recortar aquella que tú no usas.
- Tela interior: Preferiblemente que sea de tejido cálido para cumplir con el objetivo de cuidarlo del frío.
- Velcro o cierre mágico
- Tijeras
- Hilo y aguja
- Alfileres

Manos a la obra
- De acuerdo a las medidas ya tomadas, corta ambas telas con las tijeras de modo que queden en una sola pieza. Seguidamente sujétalas desde el contorno con unos alfileres.
Ahora cose el contorno dejando uno de sus lados libres para dar la vuelta. Recuerda que el lado que tenías visible es el que va por dentro.
- Marca y luego corta con las tijeras un círculo con 2 centímetros adicionales al ancho del cuello de tu perro. Acá es por donde meterá su cabecita.
- Ahora dale vuelta y cose la parte que habías dejado libre.
- Finalmente adhiere el velcro o cierre mágico que servirá para ajustar la prenda de tu mascota. Te ayudará a ajustarlo un poco más de ser necesario.

Es recomendable que acostumbres a tu perro desde temprana edad a usar ropa, ya que más adelante podría sentirse incómodo o extraño. Si esto ocurre tratará de rasgarse la tela, morderla o zafarse, dejándola abandonada en cualquier parte.
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