Desde los dibujos animados al estilo Tom & Jerry se ha creado la imagen de que un perro y un gato no pueden convivir juntos. Vimos cómo el travieso Tom era golpeado una y otra vez por Spike, pero en la realidad ambos animales pueden estar bajo un mismo techo cuando se aplican una serie de trucos.
Por naturaleza, los caninos son extrovertidos, saltarines y juguetones en todo momento. A diferencia de los felinos, que son más calmados, despreocupados e indiferentes. Sin embargo, cuando están en corta edad (de 1 a 3 meses), sus condiciones de bebé les permiten acomodarse más el uno al otro.
Esto no ocurre cuando están en edad adulta, pero pueden adaptarse a la convivencia. Aunque al principio tendrás que vigilarlos y separarlos para evitar peleas, ambos diseñarán una costumbre donde quizás no sean unidos, pero tampoco se pisen la cola.
Partiendo de la idea de criarlos juntos desde su recién nacimiento, te ofrecemos algunos tipos para lograrlo.
Criar a un perro y un gato juntos en 3 claves
Diseña un espacio para cada uno
El gato suele ser más independiente, pero también debes atender sus necesidades. Procura que cada uno tenga su lugar en casa, es decir, su plato de comida, agua y cama o sábana. Con mantener una caja con arena, los gatos resuelven por instinto su momento del baño, pero los perros deben educarse para avisar que desean salir al patio. Otro opción es sacarlos a pasear cada ciertas horas.
Tienes que planificarte para no olvidar los requerimientos de cada uno. Si descuidas la comida de uno, podría escabullirse hasta el espacio del otro. Quizás no haya problema entre ambos, pero no es el escenario ideal.
No los fuerces a estar juntos
Por muy cariñosos que sean a corta edad, con el tiempo cada uno adquiere sus instintos como canino y felino. No los fuerces a dormir juntos o estar tanto tiempo en un mismo lugar, deja que convivan bajo un ambiente equilibrado.
Debido a la costumbre, es inevitable que más adelante sí puedan echarse a dormir uno sobre el otro y compartir más seguido. Pero son capítulos que llegan con el tiempo.
Trátalos de la misma forma
El portal Plumas y Patitas afirma que los perros y gatos son muy intuitivos, por lo que notan si existe alguna preferencia. Tanto tú como los demás miembros de la familia deben prestar atención en un equilibrio del trato que reciben.
Puedes probar acariciando a ambos al mismo tiempo o dedicarte al perro mientras otro familiar atiende al gato.
Toma en cuenta que esta convivencia es posible, gracias a que son animales que diseñan conductas hogareñas y que sus instintos son aceptados uno para el otro. Sería muy distinto creer que un gato, con destrezas cazadoras, puede compartir techo con un hámster.
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