Probablemente sea uno de los episodios más importantes de tu vida, laboralmente hablando. Una entrevista de trabajo es tu oportunidad para darte a conocer, ofrecer tus habilidades, agradar como persona y obtener un puesto que resuelva tu estatus económico y desarrolle tu profesión.
No siempre tendrás al frente al empleador más simpático, sonriente o carismático. Puede que debas afrontar una entrevista con alguien insípido al que igualmente debemos convencer de que somos ideales para el cargo. También podrías competir con otros aspirantes, lo que supone una prueba donde se gana o pierde.
¿Cómo debo vestirme? ¿En qué tono tengo que hablar? ¿Debo estudiar? ¿Llego a la hora exacta o antes? Estas son incertidumbres al momento de prepararse para una entrevista de trabajo y aquí estamos para resolver todas tus dudas. De momento, tú solo piensa: ese puesto es mío.
Cómo preparar una entrevista
Seleccionando la vestimenta
La prenda formal o semiformal siempre es deseable cuando se acuden a entrevista con ambiente de oficina. Tampoco es el día de tu boda, así que no exageres, solo elije un atuendo que denota tu profesionalidad e interés por el trabajo.
Si es un puesto de menor categoría: atención al cliente, supermercados, cajeros y otros, lo más conveniente es optar a una vestimenta más casual, pero estándar. Esto quiere decir que no saques a relucir tus gustos más propios, sino algo más apropiado para una entrevista. Más adelante, cuando ya seas conocido, podrías animarte a otras prendas. A menos claro que el puesto requiera un uniforme obligatorio.
En el caso de las mujeres para trabajos formales, los vestidos pueden ser un poco exagerados. Mejor opta a un pantalón, blusa fina, 'blazer' o chaqueta, zapatos adecuados y dejando tu cabello suelto. Utiliza combinaciones adecuadas de colores.
El saludo y la despedida
Formal y directo. "¡Buenas tardes! Mi nombre es... un placer poder estar acá". Y al momento de irte: "Muchas gracias por su tiempo y espero podamos trabajar juntos. Estaré atento al llamado".
Nunca hables más de lo necesario, así tendrás menos oportunidad de cometer algún error. Los nervios suelen ser un espantoso enemigo, así que respira y aléjalos de tu mente. Piensa positivo y en grande.
Respondiendo las preguntas
Limítate a responder únicamente lo que te están preguntando. A menos que tengas un verdadero comentario adicional, hazlo, pero no asumas de sabelotodo. Recuerda: mientras menos hables, menos oportunidades de equivocarte.
Demuestra seguridad en cada una de tus palabras y utiliza un tono de voz adecuado. Mantén una respiración adecuada y una postura correcta al sentarte. Es muy importante que no interrumpas a tu entrevistador, siempre déjale termina de hablar y si ocurre alguna falla comunicativa pida disculpas y cede la palabra.
Sé puntual... y nada más
Si te han citado para las 8:00 de la mañana, procura llegar unos 10 minutos antes. Llegar media hora o una hora antes también puede tomarse como una impuntualidad. Planifica tu salida y traslado al sitio de la entrevista para evitar cualquier retraso. Está prohibido llegar tarde a una entrevista, tatúatelo.
No hables mal sobre tu trabajo anterior
Cada lugar de trabajo desea empleados con un corazón sano. Comentar malas experiencias o problemas del pasado pueden dejarte como una persona conflictiva o rencorosa. Preferiblemente habla de las actividades que cumpliste anteriormente y listo. Tampoco reveles cifras de salario ni diferencias que haya entre aquella compañía y esta. Si llegas a entrar en confianza con tu entrevistador, que suele pasar, mantén la cordialidad y deja que él (o ella) sea el confianzudo.
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