Vamos a partir de una idea, y es que eres un trabajador con potestad para contratar o despedir a un empleado. No queremos pensar que eres un ogro jefe sin sensibilidad. Es correcto decir que este es uno de los momentos más incómodos en la oficina, pero te ayudaremos a sobrellevarlo.
Bien sea por una falta grave, acumulación de amonestaciones o la cruel reducción de personal, es una conversación donde el respeto y la ética son tus mayores aliados. Si eres una persona sentimental y la decisión no estaba en tus manos, probablemente después sientas asco, tristeza e impotencia.
Despedir a un empleado es tanto como finalizar una ruptura amorosa, pero el escenario se agrava cuando la persona afectada no tiene conocimientos sobre lo que va a suceder. Si ni siquiera lo sospecha, tendrás que lidiar con su reacción natural, la cual esperamos sea muy profesional.
Al despedir a un empleado...
Prepara el terreno
Cuando a una persona van a darle la noticia sobre la muerte de un familiar enfermo, unos días antes van informando que su salud no mejora y que debe prepararse. Algo similar puedes aplicar, hazle saber que las cosas no están funcionando, o han dejado de funcionar, y que probablemente opten por darle la oportunidad a alguien más. De este modo el trabajador va a experimentar un desánimo o lamento, mas no va a entrar en 'shock', y ese es el punto.
Ve cesando sus responsabilidades
Es una estrategia maliciosa, pero efectiva. Antes de despedir a un empleado, quita sus responsabilidades y dáselas a otro colega. Pueden ocurrir dos escenarios, el primero es que pregunte directamente ¿por qué? y tu respuesta siempre será: es una orden de arriba (gerencial). Lo segundo es que al notar que no es tomado en cuenta podría decidir renunciar, lo cual va a facilitarte el proceso.
Durante la difícil charla...
Haz un preámbulo corto
No seas tajante en un "estás despedido", opta por un pequeño preámbulo donde le informas: "no soy portador de buenas noticias" o "te he traído hasta acá porque estoy en la obligación de darte una noticia que no va a gustarnos". Esencial que hables en primera persona, ya que demuestra empatía y tacto.
Explica el porqué de la decisión
Ante todo, honestidad. No mientas al despedir a un empleado, porque en algún momento tú podrías estar o estuviste en sus zapatos. Dile con sinceridad cuáles son los motivos (si no los conoce) y hazle entender que tú ofreces la información, mas no tomas la decisión. "Lamento este trago amargo y deseo que obtengas pronto un nuevo trabajo", sella estas palabras, o parecidas, con un apretón de manos.
No lo eches el mismo día
A menos que haya sido una falta grave y el despido sea inmediato. Pero si no es el caso, dale la oportunidad de mantener su trabajo al menos 3, 5 ó 7 días más. Esto le permitirá llegar a casa, meditar y, si es posible, buscar otro trabajo a tiempo.
Que nadie lo sepa
Tras finalizar la conversación, suponiendo que todo ha ido en mutua tranquilidad, dile que nadie de sus compañeros sabe lo que está sucediendo. Si él toma la decisión de decirlo, como seguramente sucederá, ya es un asunto suyo. Esto transmitirá tu ética y sentirá que pese al despido está siendo respetado.
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