Seguro que a lo largo de nuestra vida hemos realizado o vamos a tener que realizar algunos trabajos académicos. Y todos sabemos que una buena redacción y una buena fuente de información pueden suponer un trabajo que roce la perfección. Pero para ello hay que tener en cuenta muchas cuestiones y protocolos que no debemos olvidar. Uno de ellos es precisamente el uso de esas fuentes. Es muy positivo que el lector sepa de dónde has sacado aquella información que no conocías, consultar las fuentes y ver si tu investigación ha sido objetiva y acertada. Y por ello es muy necesario que menciones aquellas citas, o cuestiones que hemos sacado de otras obras o autores, puesto que si no lo hacemos corremos el gravísimo peligro de ser acusados de plagio, una de las peores cuestiones a las que se le pueda acusar a alguien que ha redactado un documento. Mencionar quien ha dicho qué es algo necesario, pero hay que saber cómo citar. Te diremos como hacerlo, para que no solo dejes claro que información es original o cual consultada, y además darle un toque mucho más profesional a tu trabajo.
Citas y bibliografía
Una de las cuestiones más confusas a la hora de hablar de citas, es que se tiende mucho a confundirlo con la bibliografía. Hay que dejar claro que la bibliografía, se sitúa al final de un libro o documento, y en ella aparece reflejado todas las obras y sus autores que hemos consultado para realizar dicho trabajo. Esto puede causar confusión. Para ello diremos que las citas están añadidas al texto, es decir de manera más literal que una fuente de información sobre la que hemos redactado un párrafo, por ejemplo. La primera diferencia en esto, es que las citas frases o párrafos cuyo autor las ha escrito o dicho tal cual aparecen escritas. En este caso, al final de la cita, incluiremos algunos datos entre paréntesis. En ellos, debe aparecer el nombre del autor, una coma y la fecha de publicación.
Estas citas, como hemos comentado, pueden ser de carácter textual, para ello debemos introducirlas entre comillas, además del nombre y el año de publicación del texto, debemos indicar la página del texto del cual lo hayamos extraído. Para señalar una diferencia con la bibliografía, diremos que las citas forman parte de ella, puesto que deberemos indicar al final del texto, de nuevo el libro o documento, nombre, año y algunos datos más como la editorial. La diferencia más notable es que las citaciones irán directamente después de la propia cita.
Foto: Pixabay
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