A medida que tu hijo crece y se desarrolla, tendrá curiosidades naturales acerca de su cuerpo y el de su sexo opuesto. También escuchará o leerá chistes y palabras donde podría sentirse confundido, sintiendo la necesidad de conocer más sobre el tema. Y dependiendo de la confianza que tenga con sus padres, optará por hacer ciertas preguntas.
Hay momentos específicos que puedes aprovechar para educarlo en la sexualidad. Al momento del baño, por ejemplo, donde conversas acerca de sus genitales y la importancia que tiene el término privacidad. La televisión también ofrece escenas y diálogos donde debes orientar sobre relaciones sexuales y el embarazo.
Las oportunidades van a presentarse cuando menos te lo esperas, ya que tu hijo está en una etapa de extrema curiosidad. Está atento a cada pregunta para responder en forma sabia y sincera.
Consejos al hablar de sexo con tu hijo
No mientas
Mitos como la cigüeña, la nube que desciende con un bebé y aquellos que nacen en una lechuga no son recomendables para compartir con tu hijo. Esto podría ocasionarle severas confusiones y lanzarlo a una embestida de burlas cuando el tema surja inesperadamente con sus amistades. Lo mejor es hablarle con sinceridad y con palabras adecuadas.
Ríe disimuladamente
Tu hijo o hija podría acercarse con una pregunta que inevitablemente te resulta graciosa. Sin embargo, trata de disimular tu risa, ya que podrías avergonzarlo y no acudirá a ti cuando tenga nuevas dudas. Tampoco te vayas al otro extremo y reacciones como si fuese un tema prohibido, porque alimentarás un miedo que en su adolescencia cause problemas de personalidad.
Sé breve y conciso
Dependiendo de la edad, la charla puede prolongarse, pero si apenas tiene 5, 6 ó 7 años es preferible que expliques en pocas palabras y términos sencillos. En esa etapa aún no necesita referencias sobre el acto sexual. Si ya alcanzó los 14 ó 15 años, y existe la confianza para conversarlo, puedes ahondar en detalles más delicados.
Ten paciencia si debes repetir
Es probable que la primera vez que escuche cierta información no la asimile perfectamente. Educar sobre sexo no se logra en un par de ocasiones, así que debes repetir detalles, quizás a medida que va creciendo. ¿Recuerdas lo que hablamos?
Pregúntale si has resuelto su duda
Es la manera más sana en la que debes finalizar la conversación. Nota sus reacciones y su forma de responder para tener una idea de que la información se ha almacenado en su mente. En cuanto termines el tema, conversa con tu pareja o hermanos mayores (si los hay) para que estén al tanto de las curiosidades que tu hijo está presentando. Así todos estarán preparados para orientarlo u orientarla.
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