Gracias a las redes sociales y páginas dedicadas a diseñar lazos (de amistad y amorosas) la llamada relación a distancia es cada vez más común, sobre todo en la población juvenil. De un país a otro, a través de la tecnología, surgen comunicaciones que con el tiempo se convierten en atracción, apego emocional y promesas de amor. Pero... ¿cómo hacer que funcione?
Lo primero, precisamente, es eliminar ese apego emocional y evitar las promesas de amor, que por lo general son improvisadas. Lo segundo que debes saber es que iniciar una historia que no tendrá un curso coherente es perder el tiempo. Lo ideal es ser práctico, realista y ofrecer posibilidades, de lo contrario, se augura sufrimientos innecesarios.
De acuerdo al portal "La mente es maravillosa", el amor y la distancia no van de la mano. Sin embargo, la web argentina Clarín destaca que 3 de cada 10 relaciones (30%) logran que funcione. Partiendo de estas cifras, bajas pero existentes, hay luz al final del túnel.
Una relación a distancia en 4 claves
Conoce perfectamente a la persona
Desde sus formas de opinar hasta su rutina diaria. La relación a distancia debe comenzar con una amistad donde hay respeto de tiempos, vocabularios adecuados y simpatía de temas. Las sorpresas también abundan: alguna discapacidad física comentada luego de un tiempo, hijos no presentados al inicio, situaciones laborales, y así sucesivamente.
Dependiendo de la confianza que el tiempo construye, puedes personalizar tus preguntas y compartir con mayor sinceridad acerca de tu vida personal. Lo más recomendable, sobre todo si eres mujer, es reservar tus intimidades femeninas. No expongas imágenes subidas de tono ni cumplas peticiones relacionadas al llamado sexo cibernético.
Un dicho señala que "nunca terminamos de conocer a las personas", imagina si se trata de alguien a quien no has visto en persona. Reserva tu cuerpo, protege tu imagen y si la relación a distancia funciona, ya habrá tiempo para todo en el 'face to face'.
Sinceridad, seguridad e intenciones
Así como deseas recibirlas, también debes ofrecerlas. Una relación a distancia se nutre cuando hay sinceridad, ya que diseña una confianza que eleva la amistad a otros niveles. La seguridad significa meditar en querer avanzar o detener, que no necesariamente es decir adiós. La inseguridad es válida, siempre que haya sinceridad. Sí, van de la mano.
Y las intenciones se trata de la famosa pregunta "¿A dónde va esto?". Si están en países diferentes, ¿hay intención de un encuentro personal? ¿Existen los recursos económicos para lograrlo? ¿Cuánto tiempo tienen que esperar?
Una relación a distancia, por muy madura que sea, con el tiempo desgasta, aburre y no descarta la posibilidad de que alguien cercano aparezca para atraer tu atención y alejarte del amoroso chat. Lo más conveniente es diseñar fechas tentativas, de acuerdo a las posibilidades, para el anhelado encuentro. Si este día es postergado en más de dos ocasiones, el desgaste será inevitable.
Respeto de tiempos y ocupaciones
Esto representa una bombona de oxígeno en la relación a distancia. Incluso puede retrasar ese desgaste que ocasiona el tiempo sin la posibilidad de verse en persona. Al igual que en una pareja común, que comparte diariamente, debe haber un espacio para cada quien. Hay trabajo, amistades, familia, 'hobbies', y nada de eso tiene por qué alterarse.
Cuidado con las opiniones
Mientras más tiempo transcurra, es normal que algunas de tus amistades conozcan la relación a distancia que estás llevando. Cuida de quiénes se tratan para no escuchar comentarios como: "Eso no funcionará", "pierdes tu tiempo" y "pareces tonto".
Mejor hazle saber a un amigo de confianza, que pueda prestar una opinión solidaria y sobre todo sincera. Escucha consejos acertados y pídelos ante cualquier duda o episodio que haya ocurrido. Una relación a distancia es dura, difícil, pero no imposible.
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