La oración hacia Dios no es únicamente el hecho de pronunciar palabras alusivas al cielo, Cristo y con la esperanza de que se cumplan nuestros deseos. Debemos entender que la oración es una comunicación íntima con el Señor, en la que debemos abrir nuestro corazón y entregarnos a su presencia.
Orar es el acto de ofrecer nuestras peticiones a Dios, que va sumado al perdón que le otorgamos por los pecados cometidos y, muy importante, en actitud de agradecimiento por los buenos y malos momentos que ocurren en nuestra vida diaria. Durante la oración pueden incluirse alabanzas o canciones cristianas para ambientar la comunicación.
No existe un momento determinado para iniciar una oración hacia Dios. Cualquier momento del día es esencial, aunque por naturaleza, se realiza al despertar, antes de salir de casa, cada vez que comemos, al llegar a casa y por supuesto antes de dormir. Las reuniones laborales, los trámites importantes, viajes y las citas en pareja son otros escenarios donde tranquilamente se puede llevar una oración.
3 recomendaciones al momento de orar
Sinceridad
Dios conoce nuestros corazones y sabe perfectamente lo que hemos hecho y lo que no, así que no intentes aparentar algo diferente en tu oración. Esta es tu oportunidad para pedir perdón, exaltar tu confianza hacia el Señor, clamar su misericordia, la dirección de tu vida en su voluntad y presentar tus peticiones.
Hazlo lentamente, no hay prisa, alaba su nombre, dile cuán importante es para tu vida. Agradece lo que te ha dado, lo que te ha quitado y por mantenerte sano, en paz. "De la abundancia del corazón habla la boca", dice el libro de Mateo 12:34.
Raciocinio
Esto habla de lógica. Sabemos que para Dios nada es imposible, pero nuestras peticiones deben tener algún fundamento o acción que determina tus deseos. Si estamos estudiando en la universidad y le pedimos éxito profesional, es válido, pero si solicitamos ser dueños de una empresa transnacional cuando aún no hemos hecho pasantías es algo irracional. Nuestro Dios es un Dios de procesos, así que no omitas en ellos. Y recuerda que en una oración nunca debe faltar tu perdón y agradecimiento.
La fe sin obra es muerta
Así lo afirma en la Biblia el libro de Santiago 2:17. Esta recomendación está muy ligada a la anterior, así que volvamos al ejemplo de la universidad. Si solicitamos un trabajo de éxito profesional, cumplir con nuestros estudios es el proceso correcto para que Dios escuche nuestras oraciones. No podemos pretender pedir una prosperidad económica cuando ni siquiera nos movemos de casa.
Pero ¿Cuáles son las obras para Dios? Más allá de estudiar y buscar trabajo. Llevar su palabra, cumplirla y mantenernos en santidad. La Biblia dice: "Buscad primeramente el Reino de Dios y lo demás les será añadido".
Este verso expresa que debemos acumular tesoros en el cielo, es decir, debemos vivir para la obra de Dios. La familia, el trabajo, el matrimonio, las amistades, todo es importante, pero siempre bajo los principios cristianos. Por tal motivo es fundamental que en tus oraciones siempre pidas al Señor: dirección, que sea Él quien dirija tu vida, que tú planifiques y Él muestre el camino.
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