A raíz de la escasez y el "mercado negro" que se ha originado con las mascarillas, debido a la pandemia del Coronavirus, la ciudadanía optó por fabricar sus propios tapabocas. Con diseños atractivos y de diferentes materiales, a fin de sustituir los tradicionales.
Este material quirúrgico se instala en el rostro en una sola oportunidad, y una vez que la persona decide retirarlo, se toma por las cuerdas que se ajustan a las orejas y se deposita directamente en el bote de basura. Es una norma explicada en reiteradas oportunidades.
Sin embargo las mascarillas elaboradas con elementos caseros, por ejemplo de tela, ofrecen la opción de lavarlas para utilizarlas en una nueva ocasión. Aunque no son los métodos más adecuados, es la solución al gasto excesivo y a la posibilidad de no ubicarlas.
Para reusarlas es indispensable cumplir con la debida asepsia, que no pasa únicamente por "bañarlas" con alcohol gel, sino un proceso más minucioso para minimizar el riesgo de contagio por Coronavirus.
¿Cómo y cuándo lavar una mascarilla?
De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los tapabocas fabricados con tela deben lavarse "regularmente". Sin embargo, te recomendamos hacerlo cada vez que la hayas expuesto ante fuentes de posible contagio.
Aunque suena engorroso, porque debes mojarla y esperar que se seque, es la mejor forma de no gastar más dinero en las mascarillas tradicionales.
La manera más sencilla de asearla es metiéndola en la lavadora junto al resto de la ropa que pretendes lavar. Solo chequea cuál es el detergente que estás utilizando, ya que es una "prenda" que luego va directamente al rostro.
Si debes utilizarlas a diario, tampoco es recomendable que enciendas la lavadora todos los días. En este caso puedes optar al lavado a mano o dejarlas remojando durante unos minutos en agua jabonosa.
El método para secarlas es tu decisión. Algunos prefieren introducirlas en la secadora, pero el consumo eléctrico puede ser notable. Lo mejor es exponerlas al sol durante el tiempo suficiente.
Una vez listas, guárdalas en una bolsa de papel completamente limpia. También puedes utilizar una de plástico, pero dejando unos pequeños orificios para la transpiración. Nunca emplees las que tienen cierre hermético, ya que es un sobreaislamiento.
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