Sus poderosos componentes antioxidantes convierten al mate en una de las infusiones más consumidas. Esta bebida, originaria de ríos como Paraná (centro-este de Suramérica), proviene de un proceso donde las hojas de la yerba mate son cortadas y trituradas. También posee vitaminas, minerales y reduce el colesterol.

En algunos países como Argentina se realiza la "ceremonia del mate", donde cada cebador la consume a su gusto: amargo, dulce, con yerba más fuerte e incluso con edulcorante. Pero existe un proceso paralelo a la preparación y es curar el mate. Este no se centra en la yerba sino el recipiente donde reposa el líquido.
Estos pueden ser elaborados de material orgánico como calabaza, madera, uñas de animales. Actualmente también son fabricados con vidrio, cerámica y plástico. Curar el mate significa sellar los poros de este material orgánico, lo cual conserva el buen sabor de la infusión. También ayuda para que seque más rápido el recipiente y no dé cabida a la presencia de hongos. Esto debe practicarse obligatoriamente antes de utilizarlo.
De acuerdo al portal El Clarín, curar el mate puede depender del sabor que deseamos en la infusión, es decir, dulce o amargo. Existen dos procedimientos para realizarlo y, aunque ninguno supera al otro, se realizan de acuerdo a las costumbres.
Cómo curar el mate
Para mate amargo
- El primer paso es desinfectarlo, así que agrega agua hirviendo en el recipiente y luego deja enfriar.
- Ahora llénalo con una yerba (nueva o usada) y espera a que absorba la mayor cantidad de agua. Seguidamente agrega agua tibia hasta el tope y deja reposar por un día.
- Pasado el tiempo, quita la yerba y procede a raspar los bordes del recipiente (por dentro) con una cuchara. Esto es para remover cualquier residuo de madera.
- Repite el procedimiento (sin lavarlo) unas cuatro veces. Esto le dará una curación correcta al recipiente y estará listo para utilizarlo.

Para mate dulce
- Comienza con el mismo paso de agregar agua hirviendo para desinfectar el recipiente.
- Luego que enfríe lo suficiente, añade al agua unas dos cucharadas de azúcar (depende del tamaño) y tapa con la mano. Ahora agita para que se adhiera a las paredes.
- Seguidamente, a fuego moderado, déjalo secar con el azúcar para que se forme una capa en los bordes.
- El próximo paso es quemarlo con carbón. Una vez seco, agrega dos pedacitos de carbón caliente y tápalo con la mano (usando un protector) para agitarlo nuevamente. La idea es hacerlo hasta que el carbón se apague.
- Repite este proceso unas 3 ó 4 veces para curar el mate perfectamente.
- Por último, lava el mate con agua caliente y llénalo con yerba (preferiblemente nueva). Agrega agua tibia y deja reposar toda la noche. Tu mate estará listo para usarse al día siguiente.

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