No hay nada peor en una jornada laboral que tener a tu jefe todo el día encima, dando órdenes, quizás de mal humor y hasta convirtiéndose en el dueño de tu tiempo. La mejor estrategia para dominar en tu oficina es la autonomía, o mejor dicho, la independencia. Esta consiste en que puedas cumplir con tu trabajo sin la necesaria supervisión de tu superior.
Uno de los grandes problemas que tienen los jefes es que olvidan cuando no lo fueron. Con el tiempo se vuelven pesados, exigentes, desconsiderados y repiten constantemente cuánto te pagan o el motivo por el cual fuiste contratado. Aunque no todos están incluidos en el mismo costal, la mayoría sí.
De allí nace la famosa película "Quiero matar a mi jefe" (Horrible Bosses), la cual es una comedia que recrea escenarios ficticios de la relación laboral entre un empleador y su jefe. En la trama se ve la disconformidad de tres trabajadores por el acoso, la injusticia y canalladas de sus superiores.
Acaba con la supremacía de tu jefe
Hazte experto en tus labores
Parece crudo, pero es la realidad. Mientras más rápido te especialices en tu actividad laboral, menos requieres de supervisión. Demuestra ser autónomo, solicita ayuda lo menos posible e incrementa la confianza en tu desempeño. Esto es clave.
Marca distancia
Familiarizarte o crear confianza más allá de lo laboral con tu jefe puede ser un arma de doble filo, porque le brindarás el permiso de acudir seguidamente a ti y hasta de encargarte nuevas tareas que otros no realizan correctamente. Ten cuidado con esa relación extra que sostienes con un superior.
Anticípate a sus órdenes
Analiza los comportamientos de tu jefe, su rutina en la oficina, estilos de trabajo, qué le gusta y qué no. Esto con el tiempo te permitirá anticiparte a alguna orden o hacer más corta una reunión. Conocer cómo es esa persona te ayudará notablemente a independizarte.
No des motivos para llamar la atención
Enfócate en tu trabajo y no caigas en distracciones que terminen en un llamado de atención, o al menos debes aprender a elegir los momentos para responder un mensaje, ir al baño o relajarte. Mientras demuestres que tu mente está en la actividad laboral, ellos no necesitan saber de ti.
Haz respetar tu tiempo libre
Excepto cuando haya un mutuo acuerdo de llamado telefónico o aspecto similar, transmite desde el inicio un mensaje de que tu descanso debe respetarse. No atiendas tu móvil (no al instante), indica que no esperabas el contacto, hazte el ocupado y no ofrezcas detalles de tu vida personal.
La idea es que en tu tiempo libre los jefes sepan y entiendan que no estás disponible, porque en la mínima atención que regales comenzarás a trabajar horas extra.
Una recomendación adicional
Y siempre cuídate de ese compañero que pretende ser el confianzudo del jefe, porque tradicionalmente dejan mal parado al resto para brillar ellos. Ante este tipo de persona toma mayor distancia y haz que sepa de ti lo menos posible.
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